Nuestra salud depende directamente de la alimentación y de una correcta digestión.
Hoy en día, con el exceso de sustancias nocivas usadas en agricultura o el consumo de antibióticos, han incrementado el número de casos de intolerancias alimentarias y trastornos digestivos.
Es por eso por lo que el papel de los nutricionistas coge cada vez más importancia en el abordaje terapéutico de estas patologías y seguimiento del mismo.
Para mantener un buen equilibrio de la microbiota (un estado de eubiosis) es necesario una llevar una dieta equilibrada y variada, rica en frutas y verduras y con una gran ingesta de agua.
Es importante mantener una microbiota equilibrada ya que es la responsable de su buen funcionamiento.
Se dice que la microbiota es el segundo cerebro humano ya que está directamente relacionada mediante conexiones neuronales con nuestros sistema nervioso central, enviando y recibiendo información de manera constante. Es por eso por lo que, por ejemplo, el estrés puede causarnos una mala digestión y cerrarnos el apetito así como una mala digestión puede generarnos un sentimiento de malestar y tristeza.